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de la Eterna Primavera!!!
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expresión
del hombre guatemalteco Por Itzhá
Ricardo
Arjona nació el 19 de enero
de 1964 en Jocotenango, municipio de Sacatepéquez, así que haciendo cuentas ya está en
la edad madura ¡listo para ser cocinado! No
sabemos con exactitud su mayor inspiración, sus inicios, ¡en fin!
Sinceramente no sabemos nada ni podremos decirte cuál es su
comida favorita, si su padre en efecto, fue el culpable de que ahora cante
poemas tan bien, si en realidad fumó marihuana, sus tics nerviosos, o
si en realidad le pegaba a su mujer y por eso se divorciaron.
Pues al final como sabemos todos, con relación a un artista todo
es especulación y la mentira verdadera sólo él la conoce. Lo
que sí nos interesa a un buen grupo de jóvenes guatemaltecos y no tan jóvenes
extranjeros, es su talento.
Lo admiramos mucho en su calidad de artista, especialmente las
letras de sus canciones, las que plasman sentimientos ajenos o propios que
no es fácil expresar y mucho menos a través de un pentagrama. En
Guatemala lo admiramos mucho, pues sí sabemos que tuvo que pasar por
muchos dolores de cabeza para alcanzar el lugar que hoy ha logrado, podríamos
decir que llegó a la cima del Volcán de Agua (los guatemaltecos o los
extranjeros que han visitado esta linda tierra sabrán de porqué la
comparación). Ricardo,
más que un artista masculino que representa a Guatemala en el mundo
entero, es una muestra del hombre guatemalteco; puesto más que un
artista famoso y comparado con Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Facundo
Cabral o Fito Páez, es un ser que manifiesta el sentir del macho
latino guatemalteco. Colombia,
Cuba, México, todos tienen sus representantes en este tipo de música que
por cierto no es muy comercial (sólo para gente con seso o con locura
convencional) ahora le tocó el turno a Guatemala. Para
variar en Guatemala no sobresalió y tuvo que viajar a países vecinos
para poder comercializar sus letras, más que su música. Diadema, pulsera,
hamaca, barranco: son estas las palabras que en su más reciente
producción, Santo Pecado, describen mucho de
nuestra cultura guatemalteca. Ya era tiempo
que alguien nos representara dignamente en el extranjero y que mejor que
este hombre de 1.92 mts. de altura, de figura atlética y adicto a los
habanos que en sus presentaciones nos hace vibrar más que el cuerpo,
nuestra alma; ya que alguien tan talentoso y atractivo a la vez es difícil
que no llegue a tocar uno de los dos lados del ser humano, ya sea hombre o
mujer.
No sirve de nada Conozco
el atajo que llega al secreto que nunca dirás. Sé
de aquel sendero que llega a tus labios por cualquier lugar Descubrir
la salsa que orquestan tus pasos en el adoquín. Y
el llanto que escondes tras esa sonrisa de casting barato. Y
de qué me sirve No
sirve de nada. Conozco
el aroma que dejan tus sueños si es que puede haber. Sé
que piensas mucho, hablas demasiado y resuelves poco. Sé
cuando estas fría y aparentas fuegos por condescender Sé
que a veces mientes y yo hago maromas por no descubrirte. Y
de que me sirve, No
sirve de nada. Si
tus celos piensan que no hay aventura que se me resista Que
hasta a veces quisiera parecerme al tipo que tu crees que soy Para
tener motivos para vivir la vida. Para
arrancarle un tajo de locura a esta miseria, De
quererte tanto, Y
no sirva de nada. CORO
No
sirve de nada este delirio De
aferrarnos a una historia que murió sin darnos cuenta. No
sirve de nada este castigo De
buscar en lo imposible algún borrón y cuenta nueva. No
sirve de nada.
Por supuesto, un espacio guatemalteco acerca de música no estaría completo sin hablar de las notas que todos llevamos en nuestro corazón, las notas de la marimba. Por eso te invitamos a visitar el espacio dedicado a ella:
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